Berlanga de Duero
Berlanga de Duero es una de las villas de más acusado carácter histórico, además de estar dotada de un espléndido y equilibrado conjunto de monumentos artísticos. Por cualquier lugar que transitamos, nos encontramos con edificaciones y espacios que admirar. Desde su extraordinaria colegiata hasta la más recónditas y escondidas calles y plazuelas, la villa transmite un ambiente monumental y artístico inigualable.
Por la vieja puerta de Aguilera se entra en la villa de tortuosas calles aportaladas. Es esta puerta el último vestigio de lo que fuera muralla medieval. Su conservación es excelente, llamando en ella la atención la concha de peregrino que, junto a los cruceros existentes en la población, hace pensar en un posible ramal del camino de Santiago. Hasta principios de siglo, existió otra puerta de la antigua muralla, situada en la bajada de la hoz del río Escalote, de la que solamente se conserva en la actualidad el recuerdo fotográfico.
Lugares y monumentos por doquier justifican la declaración de Berlanga como conjunto histórico artístico:
La Colegiata, joya arquitectónica del gótico tardío (columnario), construida en el siglo XVI y con un impotantísimo archivo parroquial. El convento de monjas Concepcionistas, con interesante tímpano románico. El Castillo, obra militar que impresiona por sí misma. La Picota, magnífico rollo gótico a las afueras de la villa. La fachada renacentista del Palacio de los Marqueses de Berlanga, destruido por los franceses. Portada del desaparecido Hospital de San Antonio. Ermitas de Nuestra Señora de las Torres, de la Soledad y de Carrascosa, Cruceros que parecen brotados de la tierra, de tal modo se identifica con ella. Casas señoriales, que exponen sus blasonadas portadas a las típicas calles castellanas, ...
La Colegiata. Pertenece a ese grupo de joyas del gótico soriano, con una traza repetidamente copiada, pero en ningún caso igualada o superada en su grandiosidad y perfección. Se incluye dentro del estilo ojival-renacentista, calificado por algunos historiadores "gótico decadente", que sin embargo aporta al estilo indicado un signo de originalidad y personalidad propiapemente españolas. Presenta al exterior un aspecto fuerte y robusto, parecido al de las iglesias románicas. Los compactos muros se resisten a se calados con amplidos espacios para las vidrieras, como sucede en las catedrales de León o Burgos, pero esta aparente flata de ventanales no impide que tenga el templo una luminosidad excelente. La edificación nos da en su conjunto una sensación de esbeltez y grandiosidad. Su impresionante silueta domina las del resto de edificaciones y destaca en la visión paisajística de la villa desde larga distancia.
El Palacio. Formando parte del recinto exterior amurallado del Castillo, en la Plaza del Mercado, nos encontramos el que fuera Palacio de los Duques de Frías, también conocido como Palacion de los Señores de Velasco, de Tovar o de los Marqueses de Berlanga. Es una de las obras llevadas a cabo, en el siglo XVI, por los señores de Berlanga, para que les sirviera de residencia en las largas temporadas que pasaban en las tierras de su Marquesado.
El Castillo. Junto a la fachada del Palacio de los Marqueses de Berlanga se penetra en el interior de la zona amurallada del Castillo. Desde esto momento se aprecia su imponente volumen, pero a medida que se asciende por la empinada cuesta, se aprecia la extraordinaria conservación y belleza de lo que tenemos a la vista. Su origen es musulmán, construido hacia el siglo X y compañero del de Gormaz en la defensa de la región contra los reinos del norte. Restos de su origen árabe podemos encontrarlos en las murallas exteriores. Su fábrica actual data de finales del siglo XV y principios del XVI. De esta última época son los robustos torreones cilíndricos de sus ángulos y lienzos de muralla. Sus cañoneras son las primeras que se encuentran en España de tales características.
